Porque uno es como es, y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien, es casi un combate perdido de antemano, así que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures, así sabríamos de antemano cual es la fecha del final, y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones, nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo que nos quede
aunque si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que esta vez sí, ese yogur pueda conservarse para siempre.

Por eso aprovecha cada momento como si fuera el último de tu vida.

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